La Bendición de Congregarse y el Poder del Perdón

En un mundo lleno de distracciones, compromisos y retos, es fácil olvidar la importancia de algo tan esencial para nuestra vida espiritual: congregarnos. La Palabra de Dios nos recuerda en Hebreos 10:25: «No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.»

Congregarse no es solo asistir a un servicio; es un acto de obediencia, comunión y crecimiento. En la iglesia recibimos enseñanza sana, adoramos en unidad y encontramos hermanos y hermanas que nos alientan en la fe. Es en medio de la congregación donde el Señor ministra a nuestros corazones y fortalece nuestra esperanza.

Pero, para que la comunión sea verdadera, también debemos practicar otro pilar del evangelio: el perdón. Jesús nos enseñó a perdonar “setenta veces siete” (Mateo 18:22), recordándonos que el perdón no es una opción, sino una necesidad para vivir en libertad espiritual. Guardar rencor es como cargar una pesada mochila que nos impide avanzar, pero perdonar es abrir la puerta a la paz y al amor de Dios.

Cuando nos congregamos, no solo compartimos un mismo lugar físico, sino que unimos nuestros corazones bajo un mismo Señor. Y si surge algún conflicto —como es natural entre personas— el perdón es el puente que restaura relaciones y mantiene la unidad que tanto agrada a Dios.

En la Iglesia Cristiana Eliaquim creemos que congregarse es vital para el creyente, y que el perdón es la llave para vivir en armonía. Te invitamos a acercarte, a ser parte de esta familia de fe, a dejar que el Señor sane tus heridas y a experimentar la belleza de adorar juntos y vivir en reconciliación.

📖 “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía.” — Salmo 133:1